Cambios – Autora: Celeste Benítez

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Este texto corresponde al Taller Virtual de Cuentos Breves “Te cuento, me cuento en tiempos de Coronavirus”

Esto le ocurrió a una típica familia compuesta por cuatro integrantes, el matrimonio, Rosa , Carlos y sus dos hijos;  Luis quien estaba en la cúspide de la adolescencia con 15 años y su hermana mayor Carla empezando la vida universitaria con 18 años recién cumplidos.

Eran de clase media y, como muchas, estaban muy metidos en el mundo cotidiano que normalmente se ve en las ciudades. Cada integrante tenía su meta y visión propia en lo suyo, en su camino, importándole poco y nada lo que le pasaba o cómo sentía la persona con la que convivía. Era una suerte coincidir en el horario del almuerzo, muchas veces Rosa intentaba sacar un tema de conversación para dar pie a que sus hijos o esposo aportaran algo más;  pero sus esfuerzos eran en vano.  Así transcurría el tiempo y ellos pasaban sus días gobernados por los medios de comunicación, por conseguir ese último celular o ropa que se suponía tendrían que tener para ser felices. Tenían todo lo material que deseaban, sin embargo el interior de cada uno de ellos estaba vacío de lo más importante que una persona podría tener, dar y recibir… amor.

Un día , que parecía ser como cualquier otro, mientras almorzaban con el televisor encendido (como era costumbre) en las noticias anunciaban sobre la existencia de un nuevo virus, desconocido, que podría ser letal para muchas personas llevándola incluso hasta la muerte, tenía un grado de contagio tan alto que se expandía de una manera incontrolable. Sin tener una cura y a modo de prevención las autoridades comunicaron la cuarentena total y obligatoria. Esto les cambió la vida por completo, se veían ahora obligados a pasar más tiempos juntos y a mirarse las caras un poco más. A pesar de esto, ellos se resistían y al principio los primeros días no lo sintieron tanto, mas no se despegaban de las redes sociales.

Una noche, para sumar otro hecho a sus tragedias, una tormenta eléctrica provocó una explosión de unos cables de un poste de luz a metros de su domicilio, que ya tenía varios años en mal estado. A la mañana, al despertar, el padre de familia llamó desesperado a los proveedores del servicio, reclamando una atención inmediata y eficiente. La respuesta que recibió fue poco alentadora ya que, la tormenta habría sido tan fuerte que provocó destrozos en distintas partes de la ciudad, eran muchas las zonas afectadas y las llamadas con reclamos de vecinos en diversos sectores no paraban de llegar, por lo tanto, le dieron una fecha de visita y le solicitaron que mantenga la calma. Todos se vieron afectados, principalmente los jóvenes que no podían comprender aquella situación tan inédita, sin conexión a internet ¡sin siquiera poder cargar sus celulares!… parecía un suplicio interminable.

Lo que pareció ser lo peor que les pasó en sus vidas, terminó siendo una oportunidad única que la utilizaron para conocerse más y mejor. Fueron cinco los días que pasaron juntos, buscando alternativas de entretenimiento, se divertían con juegos de mesa y los padres contando anécdotas de su infancia a la luz de las velas, compartiendo mucho más de lo que lo habían hecho en años.

Esos cinco días, al final, pasaron más rápido de lo que jamás hubieran imaginado. Se dieron cuenta que todo lo que necesitaban para ser felices realmente ya lo tenían, aprendieron a valorar y a notar que ninguna situación es completamente mala,  que  buscándole la vuelta seguro se puede crear algo bueno y nuevo de ella.

Celeste Benítez.
Alumna de la Carrera de Contador de la FCE/ UNaM.
Aficionada  a la lectura y a la fotografía.

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